Como un refresco en la terraza de cualquier paseo en una cálida tarde de verano de un sitio cualquiera... Así fue la escapada que hicimos ayer con Ferran y las bicis de montaña.
El amigo tenia ganas de rustirse un poco las patas al son del suba baja que es Collserola, sin los alardes pirenaicos pero suficiente para satisfacer una salida de tarde, con una luz preciosa.
Que bueno es poder desconectar a tan solo 10 minutos de la urbe y disfrutar de senderos desiertos, pistas y trialeras que transcurren sin parar a buen ritmo pero sin la agonia del asfalto.
El calor es húmedo, denso, se engancha.
Nos cruzamos con muy pocos y la coincidencia hace que nos encontremos con Pau I Bea que suben a buen ritmo, charlamos un rato para seguir con nuestras respectivas rutas. Ya llegando a la Carretera de les Aigües, la multitud nos recuerda que el "refresco" esta a punto de finalizar, disfrutamos los últimos sorbos...
Ya en casa, como no, mas muebles por montar...
